Sábado 17 de Abril - Luna Solar
Lo que leímos:
" El reflejo de la luna no puede verse claramente en aguas agitadas.
Pero cuando la superficie del agua está en calma, la imagen de la luna se refleja en forma perfecta.
Otro tanto ocurre con la mente: cuando se encuentra en calma, nos es dado contemplar en ella el claro reflejo de la luminosa faz del alma.
Como almas somos reflejos de Dios.
Cuando, por medio de la práctica de la meditación, eliminamos los agitados pensamientos del lago de la mente, nos es posible contemplar nuestra alma, un reflejo perfecto del Espíritu, y tomar plena conciencia de que el alma y Dios son Uno.
"En el santuario del Alma" por Paramahansa Yogananda.
Después de meditar:
Todos pudimos sentir el SILENCIO (con mayúsculas) bajar sobre nosotros como una verdadera presencia, envolvernos, y llenarnos de paz y armonía.
Sentimos que la "mente parlanchina" se detenía y estábamos en una dimensión diferente y profundamente placentera.
Alguien percibió que éramos almas que voluntariamente estábamos allí para unirnos a meditar.
Alguien tomó conciencia que el camino con los hijos es acompañarlos y no dirigirlos.
Alguien que meditaba por primera vez pudo "ver" la mente como un lago calmo y tranquilo.
Así, uniendo y potenciando las viviencias de cada uno , parecidas o diferentes, a veces profundamente conectados y otras logrando sólo aquietar un poco la mente, siguiendo una guía y a su vez libremente, vamos enriqueciendo nuestra práctica meditativa.
Una inquietud del grupo reunido fue cómo llevar estas experiencias a nuestra vida diaria.
Para ayudarnos recurrimos nuevamente a las inspiradoras palabras del Maestro Yogananda:
" No existen palabras en el lenguaje humano que puedan describir el gozo que te aguarda en el silencio que se halla tras los portales de tu mente.
Mas debes convencerte de esta verdad, meditar y crear ese medio ambiente.
Quienes meditan profundamente sienten una quietud interior maravillosa: es necesario mantener esa serenidad incluso cuando estemos en companía de otras personas.
Por lo tanto, procura poner en práctica en la actividad y en las conversaciones con los demás lo que aprendas en tus meditaciones; no permitas que nadie te arrebate ese estado de sosiego y conserva continuamente tu paz (...) Con la intuición despierta, comulga con Dios en el templo del silencio interior."